Es el hombre del
pueblo de Venezuela
Se llama Pedro Ruiz
Juan Álvarez,
Natividad Rojas,
Pero se llama Juan
Bimba.
Es buena persona;
Puede matar pero no
roba nunca.
Su malicia no es
mala,
Nace del mal que le
han hecho
Y por eso Juan Bimba
lo dice todo a medias,
Les echa media mirada
a las cosas, se masca su tabaco y su verdad y traga.
Su bellaquería
Le asoma a esa mirada
que es todo él,
Esa mirada candorosa,
Y con su punto de
burla,
Y su punto de susto,
Y su punto de
bobería,
Y su punto de
desolación
Y su punto de
amenaza.
Su alegría está
reglamentada
Como el tráfico
Y cuando ríe de un
todo
Es con permiso del
gobierno.
Tenía veinte
caballos;
La Revolución le
llevó diez;
Para perseguirla,
El Gobierno se llevó
los otros diez;
Y cuando no tuvo nada
Se lo llevaron a él.
Pelea por un hombre a
quien no ha visto nunca;
Tiene fiebre,
Hambre,
Cansancio,
Y no sabe llorar.
Cuando llega a
Comisario
Se quita el nombre de
Juan Bimba
Y va tomando grados
Hasta la honradez de
General.
Va por las calles y
los campos
En una tierra enferma
de heroísmo,
Viendo estatuas,
Saludando con su
media sonrisa
A los generales de
bronce,
A los coroneles de
mármol.
Tiene una vaga idea
De Independencia y
Federación;
Ama a Páez, sin saber
por qué
-acaso subconciencia
de afinidad-;
ama a Bolívar
ama a Bolívar
con vago temor de no
reconocerlo;
ama al extranjero;
no es fanático,
-tanto le llega
de Dios como de la
Federación-;
tienen madera para pueblo grande,
tienen madera para pueblo grande,
sufre, en color de
pueblo el cloasma del jefe.
Y en su honrada mano
La bandería es un
vitíligo.
Sin embargo, no odia
más que al Jefe Civil.
Le hemos dicho que él
es el dueño de esta tierra
Y dicen que no le
hablen de política.
Se va acercando al
libro y le acaricia el lomo,
Como si temiera
espantar un caballo.
Un día lo embridará;
ese día
Lo saludarán las
estatuas.
2000: Juan Bimba y su
primo Juan Shonfeld
van al campo.
Ríen alto; en el
fondo de su risa
Van a buscar los
hombres la llave de las tierras.
Vienen del gran
rodeo; bajo sus largas sogas
ha caído el rebaño de
caballos de bronce.
Andres Eloy Blanco
Baederker 2000
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